Composición digital: creando universos visuales paralelos
«…Y cuando Alejandro vio la amplitud de sus dominios lloró, porque no había más mundos que conquistar…».
¿Te suena esta frase? Si has visto «La jungla de cristal», se la has oído pronunciar a Hans Gruber, su memorable villano.
Tanto si te suena como si no, lo cierto es que, veintipico siglos después, ya no quedan mundos por conquistar. Al menos en este planeta. Los poquísimos terrenos inexplorados, más allá de los confines de las galaxias, son los de nuestra propia imaginación.
Ahí queda espacio virgen de sobra. Primero, porque nuestro propio cerebro no deja de sorprendernos. Segundo, porque las herramientas que las nuevas tecnologías ponen a disposición de nuestras mentes inquietas multiplican las posibilidades de plasmar en imágenes cualquier cosa que se nos ocurra, por loca que parezca, y hasta las que no se nos ocurrirían.
Imaginando mundos menos probables
Es posible abrir una nueva ruta por los caminos no trillados utilizando composiciones digitales conceptuales. Sería algo así como diseñar espacios usando un mapa de la geografía de las ideas abstractas y la arquitectura con la que se fabrican los sueños. Luego habría que pararse a pensar qué significa todo esta poesía exactamente, pero ¿y lo bonito que nos ha quedado?
Para que nos entendamos, las composiciones digitales conceptuales son las que recurren a imágenes compuestas. Te preguntarás: ¿y qué es una imagen compuesta? Aquella formada, es decir, compuesta, por elementos de distintas imágenes y fotografías previas. Con un software de edición de fotos puedes combinar del modo que quieras estas imágenes digitales y crear una nueva. Así podrás hacer visible algo irreal o, justo al contrario, darle la textura y la veracidad de un auténtico documento fotográfico a un escenario mágico e imposible, o a una fantasía cuya sede está en tu propia imaginación.
Hay otros muchos usos para las imágenes compuestas. Por ejemplo, mostrar las distintas fases de un movimiento en el mismo marco, como se hace para analizar la ejecución de un atleta o gimnasta en fotografía deportiva, o incluso conseguir un efecto narrativo, cinematográfico. No es casual que las imágenes compuestas sean habituales en los carteles de las películas, para reunir muchos de los elementos de la historia que se publicita en un solo e impactante marco visual.
Creando imágenes compuestas
Inventarse realidades alternativas y crear composiciones digitales conceptuales nunca fue tan fácil. Solo necesitas seleccionar los elementos visuales que van a configurarla. Por pura matemática, y si aún recuerdas algo de lo que estudiaste en el cole, imagina la de posibilidades que hay en la combinación de todos estos elementos. El resultado tiende a infinito, efectivamente. Eso sí, ayuda mucho que algunos elementos de estas imágenes previas, tales como la iluminación o el número de píxeles, sean similares para que su combinación sea más orgánica.
Abre las imágenes por separado en tu software de edición de fotos, crea un nuevo archivo de imagen para tu composición y una nueva capa para cada elemento que la forme. De este modo te resultará más sencilla la manipulación de los mismos de manera independiente.
Usa máscaras para mezclar, revelar, desvanecer u ocultar los elementos concretos que tu instinto y tu criterio como diseñador te sugieran. Y usa degradados para lograr una fusión más integrada de los elementos de tu imagen compuesta.
Ya solo te queda ajustar los colores de la imagen. Calibra brillo, contraste, saturación y temperatura del color para armonizar y unificar el aspecto de los elementos. De nuevo, si las originales tenían cierta proximidad en los valores de estos campos, la tarea resultará más sencilla.
Fuentes de inspiración visual
Aunque parezca paradójico, disponer de unos horizontes ilimitados puede llevarnos al atasco a la hora de crear con libertad. Es como el vértigo que produce la página en blanco a los escritores. Ante infinitos lugares a los que viajar, es comprensible que nos podamos quedar atascados antes incluso de decidirnos por una dirección. Por eso, muchas veces resulta útil ponerle puertas al campo de nuestra imaginación y límites a los de los universos que queremos crear.
En este sentido, Freepik siempre va un paso por delante y nuestros sherpas expertos en realidades alternativas llevan tiempo haciendo expediciones por los campos creativos. Capturan, aquí, allá y en el espacio exterior, instantáneas de alta calidad y con un nítido valor como fuente de inspiración o base para tus proyectos gráficos.
Así que prepara tu mochila y ponte en marcha. Tu excursión al paisaje conceptual que más te guste está a punto de empezar. Ante ti, aguardan lejanas galaxias inexploradas, ciudades postapocalípticas, naturalezas imposibles, urbanizaciones lunares, océanos de lava, bosques geométricos o desiertos de hielo, agua o incluso arena.
Eso sí, para este viaje no hace falta que lleves cantimplora. El recorrido que elijas, no importa la dirección, está regado a cada paso por abundantes fuentes de inspiración que saciarán tu sed de ideas nuevas.
Si eres de los que se documenta siempre antes de un viaje, te recomendamos que le eches un vistazo a esta colección. Es el equivalente a los consejos útiles y la información práctica que ofrecen las clásicas guías de viaje. Aquí encontrarás composiciones ya creadas por nuestro equipo, listas para usar en tus propios proyectos y ahorrarte el trabajo de crearlo o tener que buscarte la vida.